Ecopoesia

Los pájaros

José Emilio Pacheco

La primera impresión de Veracruz en mi infancia

fue aquella densa marejada:

negras aves que parecían traer la noche en sus alas.

—Se llaman pichos —me dijeron.

Deben ser tordos o zanates o alguna variedad semejante.5

Aunque el nombre no importa, lo perdurable

era la oscura garrulería, el temor,

la indisciplina misteriosa con que los pájaros

iban cubriendo —grandes gusanos o langostas— los árboles.

Bajaban como aerolitos de las cornisas y los cables10

    eléctricos,

inerme multitud que intenta en vano conjurar la catástrofe.

 

El crepúsculo ahogado de calor se extinguió,

lumbre ya sin rescoldo en aquellas frondas.

También el cielo fue un ave negra

e inesperadamente se posó el silencio en el aire.15

Entramos en el hotel después del largo viaje.

Mi abuelo

compró el periódico de México

y me leyó noticias de aquella bomba,

de aquel lugar con un extraño nombre remoto,20

de aquella muerte que descendió como la noche y los

    pájaros,

de aquellos cuerpos vivos arrasados en llamas.

 

 

 

Pacheco, José Emilio. "Los pájaros." Tarde o temprano: 1958-2009. 1 ed. Barcelona: Tusquets Editores, 2010. p. 199.

Primera edición en: Pacheco, José Emilio. Islas a la deriva. México: Siglo Veintiuno Editores, 1976.




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