Ecopoesia

El reino de las aves

José Emilio Pacheco

    1. De los pájaros

 

De los pájaros

Que por error se adentran en la cárcel

Se afirma:

 

Ya no pueden salir,

Vuelan enloquecidos entre las cuatro paredes,

Se estrellan en los muros de concreto

O en las barras de hierro.

 

Rechazan la prisión y eligen siempre

Esa pena de muerte.

 

 

    2. Pájaro maya en arcilla

 

El artesano que esculpió este pájaro

Supo juntar el cielo con el suelo.

 

Voló la tierra inerte entre sus manos.

Ascendieron las nubes a su arcilla.

 

No pensó en que era arte la oración

Ni que siglos después y en otro mundo

Alguien iba a elogiar sus perfecciones.

 

En su lengua no había

Vocablos para firmas ni contratos,

Publicidad o éxito,

Exposiciones, premios ni bienales.

 

Su vuelo ahora se burla

De tanta vanidad que se hará polvo.

 

 

    3. Un ave de las selvas tropicales

 

Va a desaparecer y es tan hermosa

El ave de la selva.

 

En su cuerpo radiante puso el Sol

Un amarillo que es de fuego y oro.

 

Árboles milenarios le imprimieron

Su más intenso verde. Y el azul

 

Del firmamento herido se combina

Con el rojo de sangre derramada.

 

El ave que se va se lleva entera

A la naturaleza que matamos.

 

 

    4. La rebelión solitaria

 

Es un loro muy digno: se niega a hablar,

No quiere ser nuestro payaso.

 

Jamás descenderá al acto servil

De repetir lo que no entiende.

 

Hace bastante el loro en cautiverio

Con redimir la casa y dar color

A la grisura de la vida.

 

Bajo su luz nos mira desafiante

Para decirnos sólo con los ojos:

«Su charla me parece a tal punto imbécil

Que en un acto de justa rebeldía

Jamás voy a sumarme al parloteo».

 

 

    5. Sombra en la nieve

 

Nada tiene que ver este jarrón

En que sollozan las begonias

Con la sombre del ave, alada huella

Que no hace surco en la nieve.

 

Nada en común sino ser parte del mundo,

Apariencia por un instante

De la fluidez en la lucha con la fijeza.

 

Pero el lenguaje resuelve

La desunión, la discordia.

 

Y en el verso reúne las tristes flores

Con la sombra fugaz del ave.

 

    6. A manera de contienda

Pues si discurrimos por las aves y sus menudas enemistades,

bien afirmaremos ser todas las cosas creadas a manera de

contienda.

FERNANDO DE ROJAS, Prólogo

de 1502 a La Celestina

 

En la playa de niebla, entre las rocas,

Vi algo

Que no quisiera haber visto.

Un desengaño más, nueva derrota

De la inocencia herida por la verdad,

Amarga base del mundo.

 

La gaviota purísima en su altura,

La frágil emisaria que concilia

El mar radiante con la oscura Tierra,

Había bajado a este planeta de sangre

Y devoraba viva a una paloma.

 

Con avidez de buitre hendía y rasgaba.

Me lanzó una mirada oblicua

Para burlarse y decirme:

 

«Creías que no era como tú, igual que tú,

Maquinaria de muerte, plaga, alfil

De la incesante matanza.

 

»Mira lo que hago con lo que piensas de mí.

Mírate en mí y no presumas.»

 

 

 

Pacheco, José Emilio. "El reino de las aves." Tarde o temprano: poemas 1958-2009. 1 ed. Barcelona: Tusquets Editores, 2010. pp. 665-68.

Primera edición en:  Pacheco, José Emilio. Como la lluvia: poemas 2001-2008. México: Ediciones Era, 2009.

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