Los habitantes en las ciudades
me dice la memoria de mi Gente
parecen creer que el Silencio está sólo
en el ensueño de la montaña
o en el rielar de los lagos
o en el poderío de las aves posadas
sobre las cimbreantes copas de los árboles
¿No comprenden aún que la metáfora
de la montaña, de los lagos, de las aves
de los árboles
está en el Universo infinito y celeste
que también los habita?
Vengan, dicen, pero caminen antes
hacia la sima / la cima de sus Almas
Ahí la energía de la dualidad les mostrará
el Espíritu Azul de la Naturaleza
Tal vez comprendan, dicen
que el Poder más difícil
es el que debemos alcanzar
en la vasta superficie
de nuestro mundo interior
la imagen de lo que podemos aprender
en la Tierra que Andamos
el mundo exterior
Y tal vez comprendan, dicen
por qué no hay orgullo ni vergüenza
en las aves sostenidas por sus vuelos:
LA DIGNIDAD DEL VUELO
Cada cual retozando en el aire que le toca
Con entereza recogiendo
nada más lo necesario para vivir
Por todas las tierras suspendidas
junto a sus Cantos, y al rocío
al Pensamiento que en madrugada cae
sobre las flores
fluyendo desde lo que aún no tiene nombre
(Así, en mis Sueños, me está hablando la Luna Azul).
Chihuailaf, Elicura. “La inmensidad del silencio.” SuenĖos de luna azul. Santiago: Editorial Cuatro Vientos, 2008. pp. 147-49.