La Palabra surge de la Naturaleza
y retorna al inconmensurable Azul
desde donde nos alegra y nos consuela
Cuando la Palabra cree / imagina
interrogarse
no es sino lo innombrado que la interroga
para sacudirla
para desempolvarla, para intentar
devolverle su brillo original
¿Para qué entonces el deseo
de decirlo todo
si, como en un tejido, el Ahora
—en el tiempo circular—
existe y se completa
con las hebras del ayer y del mañana?
Así nos dice el tiempo que sueña
que nos sueña. Que soñamos.
Chihuailaf, Elicura. “El tiempo que sueña. Que soñamos que nos sueña.” Sueños de luna azul. Santiago: Editorial Cuatro Vientos, 2008. p. 129.