El gran río del cielo
se ha dormido a mitad del camino
y en sus aguas se refrescan
las almas de mis antepasados
En el río del cielo se baña
la tierra;
en sus aguas claras,
aguas altas,
en una noches constelada, con luna,
o en una noche de frío.
El río se ha quedado dormido,
está descansando,
esperando las aguas de nuestras
almas.
El gran río del cielo duerme
y me espera.
Lienlaf, Leonel. “El río del cielo.” Se ha despertado el ave de mi corazón. Santiago de Chile: Editorial Universitaria, 1989. p. 85.