La pampa recogió mis huesos
y los recorrió uno a uno
luego amasó mi espíritu
meciéndolo entre sus brazos.
La pampa me pidió que cantara
la poesía del infinito
luego me dijo que fuera
hasta el gran fuego de las
estrellas.
Me dijo que allí despertaría.
Lienlaf, Leonel, “Creación.” Se ha despertado el ave de mi corazón. Santiago de Chile: Editorial Universitaria, 1989. p. 86.