Ecopoesia

Los derechos del Amazonas

Javier Dávila Durand

1. Reconózcase en el Amazonas a los ríos de la Tierra. 

    Así como pertenece a la Humanidad, 

    la humanidad se debe al Amazonas. 

    Es su derecho de río planetario. 

 

2. El Amazonas tiene potestad territorial sobre la Amazonía. 

    La Amazonía, de patrimonialidad. 

    Siendo el hombre criatura de Dios 

    y suyo el huerto de maravillas de la Creación, 

    las riquezas de este reina las merece. 

    Si las usa con sabiduría, las disfrutará con regocijo. 

    El dispendio y la depredación ofenden la Obra Divina, 

    como ofende la contaminación que arrasa vida. 

 

3. El Amazonas representa nuestra mañana radiante, 

    alba de bienes que esplende la corriente de oro del río 

    y la verde joyería de sus montes. 

    Con sus potencialidades, el Amazonas tutela el futuro. 

 

4. El Amazonas numeroso, por derecho de reciprocidad, 

    deberá ser cuidado dedicadamente por todos. 

    Así nos sabremos dignos de cuanto sustentan sus vastedades. 

 

5. El hombre utilizará para bien el agua del Amazonas, 

    fuente de ríos de vida, 

    bebedero y dicha de aves y animales de las patria terrestre 

    y de la flor que enciende la Primavera. 

 

6. Los ciclos del Amazonas ordenan la Tierra 

    convirtiéndola en hogar de privilegios. 

    Por eso, cuando sus aguas arremeten sorpresivamente, 

    no lo apostrofe ni se sienta víctima. 

    Haga suyo su desmedido universo. 

    Planeta en causa de los causes, en sus honduras bulle 

    el rigor generoso de su espíritu opulento. 

    Si se desborda, los bosques reciben hálito vital 

    y los lagos estipendían admirable ictiología. 

 

7. Reconózcase la virtud del Amazonas de darse pleno, 

    haciendo nuestra sus aguas de recursos sustanciales 

    y nuestro universo de las orillas. 

 

8. Río de limo enjundioso y útil sobremanera. 

    Por esta grandeza el hombre deberá sembrarle  

    una planta con amor cada día. 

    El mismo hombre, o sus generaciones, la usufructuará 

    ya de fruta o madera proficua, 

    ya flor que perfuma la casa 

    o joya de pétalos en el pecho de la amada. 

 

9. Es derecho del Amazonas la libertad de su recorrido, 

    y del hombre, navegarlo sin pasaporte. 

    Como el barco es nuestro hogar de río, 

    el hombre es de hecho libre 

    al navegar las aguas libres del Amazonas.

 

10. El Amazonas genera el ecosistema del amor.  

      En esta juerga azul de Dios, Vida y Naturaleza 

      conjugan el secreto fascinante de la existencia. 

 

11. Las aves beben del río y bañan su plumaje. 

      De igual privilegio retozamos todos aguas de alegría. 

      Es el Amazonas otorgándonos vida de domingo 

      ¡para vivirla con plenitud! 

 

 

 

Dávila Durand, Javier. “Los derechos del Amazonas.” La jungla doro. Iquitos: Tierra Nueva Editores, 2008. pp. 45-47. 




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