Ecopoesia

La vida, el arbol

Javier Dávila Durand

La vida es un árbol de pie. 

El bosque, la muchedumbre 

en un parque con los brazos en alto 

propiciando la unidad del aire 

y del oxígeno, 

del rocío del alba y de la noche, 

de la lluvia que le fecunda al río 

el mineral del limo. 

 

El árbol forja de pie la vida. 

Árbol en millones de veces 

bajo tantos nombres,  

sincerado al sol, 

a su sombra, 

al temporal imprevisto y a los veranos, 

al rigor del rayo y de su sable 

y al que falsamente le acaricia 

para luego 

marcarle otro destino. 

 

El árbol a la vez ha multiplicado 

su colectividad de dioses generosos 

y de espíritus de luz de clorofila, 

y airoso y pleno, 

afronta ahora 

a la devastadora motosierra 

en su empeñada acción de guerra, 

al tractor de ciclón de hierro, 

al machete 

que también es una espada de dos filos, 

al hacha que la destaja, 

al napalm beligerante, 

al hierbicida, 

al hombre 

- esta hiena 

este cuervo 

este carroñero 

esta termita 

este roedor 

este etcétera- 

que le condena, 

matemáticamente ilusionado, 

a cuartón 

a tablas 

a ripas 

a láminas 

a carbón 

que finalmente la arrasará. 

Luego, como es obvio, 

¡adiós patria y verdor latinoamericano! 

¡Adiós! ¡Adiós! 

 

 

 

Dávila Durand, Javier. “La vida, el arbol.” La jungla de oro. Iquitos: Tierra Nueva Editores, 2008. p. 11.  




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