1
Amo la piedra
porque aún siendo dura
se muestra suave
y dócil
en quien la forja
estatua eterna.
2
Enhiesta geografía, la piedra
en su vastedad de roca;
como canto rodado, voz
en su primera forma de caudal.
De orilla, la piedra
sostiene el universo del río
y del mar.
3
Diminuta piedra
la arena.
De polvo,
piedra de tempestad.
4
¿Quién aventó sus alegrías
de piedras luminosas
en el cielo?
5
Amo la piedra.
Ella representa la unidad
de siglos
de paciencia.
Su fresca consistencia
trasmite paz,
que yo derivo en cantos
de celebración.
Colofón
El corazón tiene fortaleza
si es de piedra;
si es de arena,
el corazón ha multiplicado
su ternura.
Dávila Durand, Javier. “Figuras de la piedra.” Cerezo de alba sobre la pagoda. Iquitos: Tierra Nueva, 2003. p. 65.