Ecopoesia

El dragón de las nueve cabezas

Javier Dávila Durand

Se forma el río Masuda de espejos 

livianos 

y fáciles de luz. 

Reliquia luminosa, el sol 

de la Primavera en el agua. 

La orilla está llena de animales de piedra. 

En aroma de brisas 

se brinda el ciruelo. 

¿En dónde cabe aquí 

el Dragón de las Nueve Cabezas? 

 

No es un río el Masuda. 

Es un hilo de mar 

arrebatado. 

Lo apreciamos en la cola sucesiva 

de serpiente molesta. 

Por eso el río es más temido 

que los fantasmas 

de azufre 

y fuego 

del Monte Aso. 

En la corriente es la ola el vértigo. 

 

La noche me cobija de Primavera 

y una paloma me hace regazo de luna. 

La noche de cerezos negros 

en los ojos de muchachas menudas. 

El Masuda me agobia.  

La noche dispone su alma en el río.  

El río perfuma de sake las ciudades, 

y el vino dulce bebo agradecido 

en este país 

del Dragón de las Nueve cabezas. 

 

 

 

Dávila Durand, JavierEl dragón de las nueve cabezas.” Cerezo de alba sobre la pagoda. Iquitos: Tierra Nueva, 2003. p. 27. 




Comment Box is loading comments...